El proyecto de investigación presentado nace a partir de la ausencia de información sobre la situación y condiciones de vida de las mujeres que viven con VIH/SIDA en la región de Latinoamérica. Esa ausencia representa un obstáculo para el desarrollo de políticas públicas que contemplen las necesidades específicas de dichas mujeres, ya que ellas deben ser protagonistas en el diseño, planificación e implementación de la respuesta integral al VIH/SIDA. El objetivo central de la investigación fue elaborar un diagnóstico de la situación de las mujeres viviendo con VIH/SIDA en 14 países de América Latina: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Es importante decir que a treinta años del inicio de la pandemia, es la primera vez que se desarrolla una investigación sobre la situación de vida de las mujeres que viven con VIH/SIDA en la región. A su vez, el estudio es también innovador dado que es la primera vez que las mujeres que viven con VIH/SIDA lideran y participan activamente en el desarrollo de todo el proceso de investigación. La violencia contra las mujeres y el VIH/SIDA afectan la salud y el ejercicio de los derechos de mujeres y niñas en todo el mundo. Si bien los vínculos entre ambas pandemias son innegables, y los efectos de su interrelación amenazan la vida de millones de mujeres y niñas en el mundo, algunos actores sociales continúan abordando ambos temas de forma aislada, resultando en respuestas deficientes e incompletas al VIH/SIDA y perpetuando la feminización de la epidemia. Cada vez son más las mujeres y niñas en todo el mundo que viven con el VIH. Según estimaciones de ONUSIDA, 33 millones de personas vivían con el VIH en 2007, en este contexto las mujeres representan la mitad de las personas que viven con el virus. En este contexto la campaña “Las mujeres no esperamos” (Women Won´t Wait) presenta esta publicación con el objetivo de acelerar respuestas efectivas a las intersecciones entre la violencia contra las mujeres y niñas y el VIH, a través de cambios en las políticas públicas, programas sociales y el financiamiento de diversas fuentes.